Esto es debido a que la orina contiene 95% de agua y algunos iones de sodio y cloro (mejor conocidos como sal de mesa), y ambos componentes se encuentran en el océano en grandes cantidades. Pero lo que el océano no tiene y la orina sí es urea, un compuesto de carbono que ayuda al cuerpo a deshacerse del nitrógeno que le sobra. Con el agua del mar, el nitrógeno de la urea se transforma en amoniaco, el cual sirve como alimento para las plantas marinas.
Cabe aclarar que estamos hablando de individuos nadando en el mar, no comunidades enteras. Cuando ciudades enteras vierten sus desechos del drenaje en el océano, los efectos de contaminación pueden ser desastrosos, ya que en tales cantidades el océano no puede diluir todo tan rápidamente. Esta es la misma razón por la cual no es nada recomendable hacer pipí en piscinas, lagos o ríos. Además, los desechos del drenaje contienen otros químicos sintéticos que son los que causan más daño al ambiente, a diferencia de la orina pura.
Así que no te preocupes tanto si no quieres salirte del mar para liberar tu vejiga (después de todo, estarás alimentando a la flora marina), pero por lo menos recuerda hacerlo discretamente y alejado de las demás personas.