Muchas de las estrellas más famosas en las redes sociales ni siquiera tienen la edad para saber usar una computadora. Solo basta con entrar a internet y encontraremos videos de niños bailando, fotos de pequeños jugando o haciendo pucheros, o comentarios en blogs y foros acerca de la experiencia de enseñar a ir al baño a los hijos. La realidad es que cuando los niños finalmente tienen la edad para usar las redes sociales, muchos ya tienen una identidad digital creada por sus padres.
De acuerdo a una encuesta realizada por la Universidad de Michigan, este fenómeno no disminuirá pronto, ya que más de la mitad de las madres y una tercera parte de los padres discuten sobre la salud y educación de sus hijos en las redes sociales. Además, casi el 75% de los padres afirman que discutir estos temas los hace sentir que no están solos.
Así que por un lado, las redes sociales son de gran utilidad para recibir consejos. Los temas más comunes identificados en la encuesta fueron: la hora de dormir (28%), nutrición y alimentación (26%), disciplina (19%), guarderías o educación preescolar (17%) y problemas de comportamiento (13%). Estos datos engloban las respuestas de padres con niños de 0 a 4 años en todo el territorio de Estados Unidos. El 70% de los padres dicen usar las redes sociales para recibir consejos de padres más experimentados, y el 62% dijeron que esto les ayudó a no preocuparse tanto.
Sin embargo, los padres también reconocieron el riesgo que conlleva compartir información sobre sus hijos. A más de la mitad de los padres les preocupa que alguien haga mal uso de la información o fotos de sus hijos, o que cuando sean mayores, se avergüencen de lo que sus padres compartieron sobre ellos.
Efectivamente, existen casos de “secuestro digital”, en los cuales completos extraños robaban fotografías de niños y las posteaban como si fuesen sus hijos. Otra consecuencia es el “cyberbullying”, donde las fotos de niños son el blanco de crueles bromas. El ejemplo más reciente fue la creación de un grupo de Facebook que se dedicaba a burlarse de los “bebés feos”.
Así que ya sabes, existe una delgada línea entre compartir y… compartir demasiado. Recuerda que una vez en línea, es muy difícil borrar todo lo que ha sido compartido. Las recomendaciones son:
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Evitar compartir historias embarazosas, fotografías personales, o cualquier dato que pueda revelar dónde se encuentran tus niños.
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Si tienes un blog o te unes a un foro de discusión, no uses tu nombre real o el de tus hijos.
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Checa tus opciones de privacidad: ¿eres el propietario del contenido que publicas? ¿Quién tiene acceso a la información? Existen sitios como mypermissions.org que te muestran a quiénes les has permitido acceso a tus cuentas de Facebook y Twitter, o adjustyourprivacy.com que te deja cambiar las opciones de privacidad de todas tus cuentas.
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Por último, puedes crear una alerta en Google con el nombre de tus hijos para saber inmediatamente si alguien intenta usarlo.